viernes, 15 de febrero de 2013

HACER EL RIDÍCULO EN ARCO





La curiosidad es el motor para acercarse a la cultura, una curiosidad que es positiva cuando se transforma en satisfacción, goce, estupor, cansancio, duda, sorpresa, escándalo y tantas otras sensaciones que puede provocar el arte. Todo menos indiferencia: sería lo peor.
El propio deambular entre obras de arte, tantas y tan dispares, es, en sí mismo, un juego artístico.
ARCO es un punto de encuentro entre espectadores y creadores. Para los espectadores, claro, que puedan afrontar su entrada -excesivamente cara, casi prohibitiva. Y también es una cita entre profesionales, un punto de encuentro entre amantes del arte y galeristas. Y artistas.
Todos se apuntan a estar en lugar tan importante, y cómo no, el Ayuntamiento. Para el Ayuntamiento es cita obligada, no sólo por el recinto ferial -IFEMA- sino porque se trata de una oportunidad de mostrar su colaboración en el estímulo a la creación. Así se han concebido tradicionalmente los stands y buena prueba de ello son las obras que este año se exhiben en los espacios contratados por El Mundo, El País, la Diputación de Huelva e incluso algunas marcas privadas, como Heineken: todos aportando su granito de arena a la creación contemporánea.
Todos menos uno: el Ayuntamiento de Madrid, que ha decidido hacer el ridículo y colocar un stand más propio de una Feria del Turismo, con los folletos de las visitas guiadas y sin aportar un átomo de creatividad. ¿Será esa la imagen que el Ayuntamiento de Madrid tiene de nuestros artistas plásticos? ¿O será la imagen que quiere proyectar?
Para “apoyos” así, no hacen falta apoyos. Entiendo que algún artista no haya querido ni saludar a los miembros del Gobierno que han subido el IVA cultural hasta el 21 % cuando Francia lo ha bajado al 7 %. Por favor, al menos, dejemos de hacer el ridículo. Es mejor no estar que estar así.
Así el Ayuntamiento no puede despertar ni curiosidad.


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