miércoles, 20 de marzo de 2013

DESMONTANDO A ALMODÓVAR

“Los amantes pasajeros” es una película deconstruida, hecha en pedazos, sin hilvanar y eso, que tanto se critica, podría ser una lección de cine.
Almodóvar se deconstruye, se auto-homenajea como hicieran Woody Allen en “Desmontando a Harry” y Berlanga en “París-Tombuctú”. La diferencia está en que Almodóvar no ha hecho una película al uso sino una parodia fragmentada, que puede verse en pedazos, quizá pensada para la escasa atención actual del espectador.
Sólo un maestro puede plantearse contar y recontar la historia de once personajes en un espacio cerrado sin más conexión con el exterior que un teléfono; por cierto, “el teléfono del afecto”.
Porque el desafecto une a todos los personajes, perdidos, sin horizonte, y la situación extrema hace que salga su instinto sexual, el único poder frente a la muerte.
¿Merece Almodóvar tantas críticas por esta película?
Superficial se dice una y otra vez. ¿Hemos visto la misma película, la de la clase business española? Se trata de “El ángel exterminador” de Almodóvar, y un cineasta capaz de hacer melodrama y comedia merece un respeto cuando hace una película distinta, una película en la que con dos apuntes conoces la vida de todos los personajes y eso que sólo se habla de soledad y de sexo. Bueno, y de corrupción; y de muerte.
Once actores con una sabia dirección. Once actores capaces de hacer once personajes a los que el espectador conoce a fondo. ¿Superficial? Eso parece. A mí, no. Me gustaría conocer cómo han trabajado los actores, la historia eliminada del guión, la otra película que se podría haber hecho. Porque esta, “Los amantes pasajeros” desmonta a Almodóvar y lo desmitifica.


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